Que estamos en la era digital, es un hecho, lo vemos en cualquier ámbito de nuestras vidas. Prácticamente todo lo que hacemos está relacionado directamente con la tecnología.
Y esto, obviamente, es extensivo al ámbito laboral. La transformación digital de los negocios es una realidad y una necesidad, de la que cada vez más empresas son conscientes.

La transformación digital es un desafío clave, que implica una actitud totalmente diferenciada, orientada a conseguir procesos más eficientes, un mejor rendimiento operativo, productivo, etc..., a partir del uso de las tecnologías. Una oportunidad para reinventarse, para cambiar el funcionamiento, sirviéndose de la integración de las TIC en la toda estructura organizacional con la finalidad de cumplir las metas marcadas.

Cualquier cambio llevado a cabo en una organización (conjunto de personas), que trabaja con un mismo objetivo tiene que empezar inevitablemente por las personas, y la única forma de conseguir una transformación pasa por la formación.

Las habilidades para competir en este nuevo entorno digital han cambiado, esto crea la obligación para las organizaciones de reconocer y adaptarse de forma rápida y efectiva a este nuevo contexto. Así no se pierde la competitividad de la empresa, y el modo de conseguirlo es formando al personal en competencias digitales (e-skills), entendidas como la capacidad para hacer un uso crítico, seguro y efectivo de las TIC para el trabajo.



En este nuevo ecosistema digital, la formación es la piedra angular de la transformación, por eso en Imaro la integramos de forma transversal en nuestros servicios.
Vamos con una analogía simple, quieres hacer ejercicio y para ello te compras una bicicleta, de nada te va a servir sino la sabes manejar, es más, pierdes la inversión realizada. Esto es extrapolable al proceso de transformación digital de un negocio, parte del éxito radicará en formar al personal en aquellos skills digitales y herramientas tecnológicas más adecuadas para garantizar su correcto desempeño, permitiéndoles explotar todo su potencial. Sin una plantilla cualificada, de nada servirá integrar las herramientas más avanzadas. Será una pérdida de tiempo y dinero.

Un personal formado, se traduce en un aumento de productividad y compromiso, dos factores determinantes en cualquier organización.

La conclusión es que el tejido empresarial tiene una demanda digital cada vez mayor, lo que implica la necesidad de profesionales cualificados para gestionar todas las dimensiones del proceso de cambio tecnológico y productivo. La falta de capacitación en las nuevas habilidades digitales es una, o incluso, la principal barrera para el éxito.

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